MARÍA MOCO Y LAS ENCUESTAS DEL CIS (Juan José Téllez)
En El Manteca, desde luego, no se habla de otra cosa: el acuerdo entre las fuerzas democráticas contra el terrorismo de ETA, al menos ha propiciado que los concejales del PSOE y del PP ya no sólo se dirijan la palabra sino que se conviden mutuamente a mojama sobre papel de estraza.
La ruptura de la tregua habrá vuelto a ser el principal comecocos de los ciudadanos, como revelará de un momento a otro una nueva encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas. Si se hiciera exclusivamente en Cádiz habría otros motivos de mosqueo cívico: la situación de nuestros equipos de fútbol, por ejemplo, se situaría en primer lugar, seguida muy de cerca por cómo quitarnos de encima los kilitos de más, ahora que ya irrumpe la irrefutable temporada playera.
María Bastón, la del monumento, anda especialmente preocupada por el calentamiento del planeta: el viento sur puede chuchurrirle, de un momento a otro, la macetita con los geranios. Y, por otra parte, seguro que Agaden están a punto de denunciar que la alarmante desaparición de algunas especies marinas puede llevar a que los gallegos incorporen las lisas mojoneras al menú de las freidurías.
En todo Cádiz, incluidas Puerta Tierra y las al menos otras dos provincias, inquietan sobremanera las migraciones: ayer mismo, Hortensia Romero despedía en los Comes a su sobrino El Churri, con su maletita hecha caminito de una cerámica en Castellón.
«Crece el integrismo islamista», está ahora mismo leyendo Manolo, en un pisito de Cortadura, después de haberle propinado dos sopapos a su santa y mientras empieza a despotricar de lo raros que son los moros, joé.
Sin embargo, Don Prudencio, hombre de orden, saborea su cafetito en el Casino Militar, sin que le llegue la camisa al cuerpo por la ruptura de España que han supuesto los estatutos de Cataluña y de Andalucía: «¿Usted cree que Puntales reclamará la independencia?», inquiere con cautela a Kid Betún mientras una pizca de crema le empapa el bigote.
En su cueva, María Moco ha enchufado la cene-ene y tiene un gran sinvivir por la tensión creciente entre Georges Bush y Putin, por el escudo antimisiles, porque vuelven a llevarse los zulos del GRAPO, por la espiral nuclear de Irán y por el crecimiento de las emisiones de CO2 en China, como consecuencia del aumento del parque automovilístico.
Una vez que el Congreso promulgue un decreto que elimine la palabra paro de los diccionarios, seguro que Lola la Piconera, después de llevar veinte años esperando que le toque una vivienda oficial en los sorteos, se habrá quedado de una pieza cuando hayan leído que los partidos políticos han decidido suprimir las concejalías de urbanismo, teniendo en cuenta que ya no queda terreno que urbanizar. Los analistas del CIS se preguntarán por qué a los gaditanos, en realidad, les importa cuestiones tan poco trascendentales como estas.
En El Manteca, desde luego, no se habla de otra cosa: el acuerdo entre las fuerzas democráticas contra el terrorismo de ETA, al menos ha propiciado que los concejales del PSOE y del PP ya no sólo se dirijan la palabra sino que se conviden mutuamente a mojama sobre papel de estraza.
La ruptura de la tregua habrá vuelto a ser el principal comecocos de los ciudadanos, como revelará de un momento a otro una nueva encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas. Si se hiciera exclusivamente en Cádiz habría otros motivos de mosqueo cívico: la situación de nuestros equipos de fútbol, por ejemplo, se situaría en primer lugar, seguida muy de cerca por cómo quitarnos de encima los kilitos de más, ahora que ya irrumpe la irrefutable temporada playera.
María Bastón, la del monumento, anda especialmente preocupada por el calentamiento del planeta: el viento sur puede chuchurrirle, de un momento a otro, la macetita con los geranios. Y, por otra parte, seguro que Agaden están a punto de denunciar que la alarmante desaparición de algunas especies marinas puede llevar a que los gallegos incorporen las lisas mojoneras al menú de las freidurías.
En todo Cádiz, incluidas Puerta Tierra y las al menos otras dos provincias, inquietan sobremanera las migraciones: ayer mismo, Hortensia Romero despedía en los Comes a su sobrino El Churri, con su maletita hecha caminito de una cerámica en Castellón.
«Crece el integrismo islamista», está ahora mismo leyendo Manolo, en un pisito de Cortadura, después de haberle propinado dos sopapos a su santa y mientras empieza a despotricar de lo raros que son los moros, joé.
Sin embargo, Don Prudencio, hombre de orden, saborea su cafetito en el Casino Militar, sin que le llegue la camisa al cuerpo por la ruptura de España que han supuesto los estatutos de Cataluña y de Andalucía: «¿Usted cree que Puntales reclamará la independencia?», inquiere con cautela a Kid Betún mientras una pizca de crema le empapa el bigote.
En su cueva, María Moco ha enchufado la cene-ene y tiene un gran sinvivir por la tensión creciente entre Georges Bush y Putin, por el escudo antimisiles, porque vuelven a llevarse los zulos del GRAPO, por la espiral nuclear de Irán y por el crecimiento de las emisiones de CO2 en China, como consecuencia del aumento del parque automovilístico.
Una vez que el Congreso promulgue un decreto que elimine la palabra paro de los diccionarios, seguro que Lola la Piconera, después de llevar veinte años esperando que le toque una vivienda oficial en los sorteos, se habrá quedado de una pieza cuando hayan leído que los partidos políticos han decidido suprimir las concejalías de urbanismo, teniendo en cuenta que ya no queda terreno que urbanizar. Los analistas del CIS se preguntarán por qué a los gaditanos, en realidad, les importa cuestiones tan poco trascendentales como estas.
publicado diario La Voz 13/junio/2007
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