jueves, 27 de enero de 2011

TINTERO DIGITAL

I need you, baby.
(Para Fran a bote pronto)
Sito

Virutas de lunas en las barbas.
Mañana me hice joven,
si mis pantalones de pana
a los snob le joden.

Moscateles que afilan versos
en las noches de chirona,
pagando la condena
de males de amores.

Un postizo hermano,
con quien Sabina de testigo,
bato en duelo cada amanecer
por pedirle a una dama, su mano.

Romántico sin burdeles.
Brindo con vino blanco
seguir buscándole cosquillas
a la vida, versos y mujeres.

miércoles, 26 de enero de 2011

PRENSA


Pero, ¿por qué no hay gente en los bares?
Juan José Téllez
Diario La Voz

Cádiz, responde: ¿por qué no hay gente en los bares? Hasta hace poco, los indicadores gaditanos para la crisis estribaban en los barcos del muelle y en la carga de trabajo de Astilleros. Ahora, en los letreros de liquidación del Coronel Tapioca. Tan chungo está todo que me encontré a la Uchi en la calle La Palma y al preguntarle por su bicicleta, me respondió que se la habían robado. Crece el crimen, crece el paro y lo único que no crece es ese deporte olímpico gaditano que siempre fue la barra libre, desde el bache más humilde al restaurán de grandes ínfulas, desde el montañés de la esquina a la peña de la federación de mariscadores.

¿Y cómo no bebe la gente para olvidar, con lo que hay que olvidar en los tiempos que corren? Si se le preguntara a la patronal de la hostelería, algún propio diría que a la tradicional cuesta de enero ha venido a sumarse la prohibición de fumar tabaco. Hace siglos que no se fuma en misa y hasta ahora no he escuchado que ello justifique la ocasional falta de fieles en la eucaristía. Con la proscripción de la fumata en los locales públicos, el Gobierno pretende que se hachee de la ley seca en vez de lo mala que está la cosa. Claro que a fuerza de irse a la calle a echarse una caladita, los fumadores empiezan a hablar entre sí. E incluso siguen haciéndolo adentro porque con el cerrojazo a la música, el vocabulario de la clientela ya no se reduce a monosílabos bajo en chunda-chunda: el día en que los jóvenes lleguen a componer oraciones yuxtapuestas, lo mismo organizan un sindicato en vez de un botellón.

Tampoco faltan analistas que acierten a explicar que al hacer coincidir la prohibición del consumo de tabaco en interiores con la ola de frío que nos invade, el ejecutivo pretende matar de pulmonía a los nicotinómanos, para ahorrarse el tratamiento del cáncer, que cuesta un huevo aunque ni lleguen a la edad de jubilación. Opinan algunos que seguro que, detrás de este turbio asunto, hay un cuñado de un ministro que se dedica a la fabricación y venta de estufas callejeras. Qué gran película si hubiera otro Berlanga.

Y después dicen que el alcohol es caro. Más cara es la cocaína y acaban de encontrar una morterada en el puerto de Algeciras, dentro de un porrón de tablones de madera. Visto lo visto, elemental querido Watson, podemos deducir que la gente no va a los bares porque no están prohibidos. Por ahora.

lunes, 24 de enero de 2011

POEMA



Dos cuerpos

Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos olas
y la noche es océano.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos piedras
y la noche desierto.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces navajas
y la noche relámpago.

Dos cuerpos frente a frente
son dos astros que caen
en un cielo vacío.

CARTA ABIERTA A ALEJANDRO SANZ

Hola Alejandro,

Hace muchos días que ando dándole vueltas a la ley Sinde, a los derechos de autor, y leyendo tus desafortunados tweets. Ahora que tengo las tres cosas juntitas, déjame que te comente algunas cosas.

Soy científico, investigador del Centro Nacional de Biotecnología y actualmente “Visiting Assistant in Research” en la Yale School of Medicine, en New Haven, Conneticcut.

Trabajo en el desarrollo de vacunas para el tercer mundo, centrando mis esfuerzos en la Leishmaniasis, una enfermedad olvidada que mata e incapacita en África, Asia y Sudamérica. Sí, esos mismos sitios para los que, de vez en cuando, puedes montar una parranda benéfica. Y aunque no lo sepas (y muchas personas no lo saben) es esa enfermedad que hace que miles de pobres niños tengan el vientre hinchado y mueran. La misma que hace que sus padres no puedan trabajar. Entre nosotros, ese tipo de enfermedades que hace que el tercer mundo siga siendo tercer mundo.

Cuando consigo que mi trabajo funcione, tras muchísimas horas de laboratorio exponiéndome a múltiples riesgos para mi salud, intento publicar mis resultados. ¿Sabes lo que pasa cuando lo hago? Que la revista se queda con todos mis derechos de autor. CON TODOS. Si quiero, no sé, poner una figura de mi trabajo en algún otro formato, tengo que pedir permiso. Por mi figura. Por mi trabajo. Y te hablo de figuras en blanco y negro. En color no podemos pagarlas.

¿Sabes por qué? Porque PAGO POR PUBLICAR. Sí, en serio, lo hacemos. Mi laboratorio tiene que pagar para poder difundir los avances científicos que puedan curar a esos niños o a sus padres en el futuro. PAGO POR PUBLICAR y tengo que pedir permiso por mi figura, por mi trabajo.

Ahora podrías meter en 140 caracteres que luchar por mis derechos no me impide que tu lo hagas por los tuyos, yo seguiría leyendo.

Desde que el hombre es hombre, desde que el ser humano es humano, ha demostrado que necesita expresar sus sentimientos. Y de ahí surgió el arte. También, al mismo tiempo, surgieron las preguntas de qué hacía aquí. Los famosos “de dónde vengo, quién soy, y a dónde voy”.

Y es que las dos cosas, ciencia y arte, son humanas, pero no por ello profesiones.

Mira, no sé, 100 o 200 años atrás. El arte lo hacía el que podía permitírselo. Y la ciencia también. Hasta Darwin descubrió el origen de las especies en un tour por el mundo, en el que vio que los pinzones de unas islas tenían los picos más grandes que otros. La gran revolución científica vino de un viaje de alguien que pudo permitírselo.

Ahora, industria mediante, los artistas cobran por entretener y los científicos cobran por descubrir cosas. Una maravilla para los que no somos de familias ricas y queremos hacer ciencia o arte.

Yo me he quejado y mucho de mi falta de derechos. De intentar defender lo que ahora, para mí, es más que un reconocido trabajo. Y también creo cosas.

La diferencia es que yo con un salario tengo. Y lucho por un salario digno. QUE ME PAGUEN POR MI TRABAJO. No creo que tenga sentido que me paguen tiempo después por mis logros. Te recuerdo que lo que yo quiero es una vacuna para el tercer mundo. Y pagar mis facturas. No quiero ningún rendimiento extra que no me merezco. No quiero derechos de autor, quiero que mis avances sigan derechos a conseguir su objetivo.

Entiendo que quieras que te paguen por tu trabajo. Y deberías (que lo haces) negociar lo que te paga una discográfica por grabar un nuevo disco. O que defiendas tu caché en los escenarios. Pero cobrar también impuestos sobre los CD´s , discos duros, lo-que-sea que la S.G.A.E quiera inventar para sangrar al ciudadano medio, perdóname muy mucho, pero yo, lo veo excesivo. Intentar lanzar una ley que te permita cobrar más de lo que te toca porque la industria que a ti te trata bien se está muriendo, lo siento, pero no. Limitar las libertades individuales para maximizar vuestro beneficio no es justo.

¿Sabes por qué tengo un blog de divulgación científica? Para que el mundo vea que la ciencia es importante. Para que posiblemente en el futuro sea una profesión digna. Yo no busco hacerme rico. Yo no quiero recortar libertades. Yo lucho por cambiar la industria que hace que mi actual profesión me obligue a tener otra con la que, juntas, poder pagar las facturas.

Y por favor, no vuelvas a comparar los derechos a recibir medicamentos de los niños pobres con el derecho a declarar culpable de piratería a diestro y siniestro. Que ya lleváis demasiado tiempo cobrando por ello. Renovaros o morid. Pero no hables de los que de verdad mueren aunque de vez en cuando reciban tu calderilla.

Atentamente,
Lucas Sánchez

Fuente: Blog Sonicando