jueves, 21 de julio de 2011

FERIA



TINTERO DIGITAL


Ayer que…

Sito


"que la vida va en serio

uno empieza a comprenderlo más tarde..."

Jaime Gil de Biedma ( fragmento de "No volveré a ser joven")


me pelaba con escupidera al escalón,
defendía a doncellas con espada de madera.
siempre llegaba a casa antes de irse el sol,
contaba baldosas en salas de espera.

pasar la linde era una excursión,
el mercurio coloreaba heridas de guerra.
pisábamos más tierra que hormigón,
merendábamos en casa de cualquiera.

los veranos tenían su canción,
el mar era una bañera inabarcable.
en las plazas había masificación,
encofraba cimientos en lo inestable.


DE ARTE



DEL BLOG ROSAS & MOSQUITOS (Enrique Alcina)

No pasarán por España! Bob Dylan y Mark Knopfler se reunirán en otoño, para ofrecer una gira europea juntos, por vez primera, y no tocarán en España. Increíble, pero cierto. Anuncian treinta conciertos entre el 6 de octubre y el 16 de noviembre, de Dublin a Zurich, pasando por el Reino Unido, Francia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Austria, Alemania, Suecia, Italia y Suiza.
Maldita prima de riesgo. No querrán cantar al rescate. Dylan y Knopfler se conocieron a finales de los setenta. El fino guitarrista de Dire Straits trabajó en dos álbumes de Dylan, el glorioso Slow Train Coming del 79 y el irregular Infidels del 83. Pero ambos no salieron de gira,. Precisamente, un año después se estrenó Bob Dylan en España, memorable noche la de Vallecas, con Mick Taylor a la guitarra.


Mark está grabando su nuevo disco, pero hará un alto para encontrarse en medio de la gira interminable de Dylan, que anda ahora por su tierra, cada noche en un hotel, combinando piezas de hoy con blood on the tracks y blonde on blonde.

sábado, 16 de julio de 2011

PRENSA

Pijolandia

Fernando Santiago

Diario de Cádiz


La costa de Cádiz tiene de bueno que está dividida según el tipo de fauna que la habita en verano, muy reconocible por otra parte. Zahara de los Atunes, por ejemplo, es la costa roja madrileña desde que Javier Krahe y el Gran Wyoming empezaron a ir por allí. No sé qué será ahora del famoso chiringuito La Gata, que tuvo problemas con la Guardia Civil y en cuya ardorosa defensa salió Eva Hache más que la hermana del propio dueño, Aitana Sánchez Gijón ¿por qué sería? Desde que Luis García Montero y Joaquín Sabina tienen casa en Rota esta zona quizás compita en parte con la pedanía de Barbate. Sanlúcar fue siempre un lugar de veraneo para sevillanos distinguidos en comparación con Chipiona, que lo era de sevillanos de barriada. Novo Sancti Petri es una mezcla de madrileños y bilbaínos con la clase media con aspiraciones de la ciudad de Cádiz. Una jet set de medio pelo, sin glamour ni papel couché. Un sitio más de apariencias que otra cosa, un poco más impostado, más de postureo que otra cosa. Mucha gente pero sin grandeza. Los Caños fue siempre muy sevillana, pero de los sevillanos enteraos (si se me permite el pleonasmo), los que no querían la masificación de Regla ni la supuesta distinción de Bajoguía. El Palmar es muy madrileño, de ese tipo de gente que se pone en un chiriguito para aplaudir la puesta de sol porque en Madrid, entre tanto edificio, no hay manera de ver una y porque eso del "cielo velazqueño" es una falacia tapada por el cemento y la contaminación.


El lugar del lujo y la distinción en la provincia de Cádiz es Sotogrande. Quizás el único sitio de los pijos de verdad, los que llevan polos que no son del Piojito, que no los han comprado falsificados en el moro o en cualquier tenderete. Los que usan Dirk Bikkenbergs, Backside, Harmont and Blaine, Hackett, La Martina y Ralph Lauren pero comprados en la milla de oro de Madrid, en las tiendas originales, a su precio real. Los que no tienen que mirar la etiqueta y les da igual llevar una marca u otra porque son ricos de varias generaciones. Los que no necesitan impostar ni llevar los caballitos de La Martina que les ocupe todo el polo porque no necesitan explicarle nada al personal: sus apellidos les avalan. Son los brokers españoles, las familias de postín, los que nos han metido en este lío económico en el que estamos pero que han dejado sus mansiones y sus yates a buen recaudo, los que usan Gibraltar para que sus empresas no paguen y los paraísos fiscales para su dinero, los que al pulsar un botón ponen a temblar a media Europa, los que salen en el Hola.


Y luego está El Puerto de Santa María, que son como los de Sotogrande pero en tieso. Los que no tienen ese dinero pero quieren que todos pensemos que lo tienen. Que se compran la ropa en Las Rozas Village o en un outlet, los que gustan que la marca del polo se vea grande, los caballitos a toda pastilla en la pechera. Los que hacen fiestas en blanco y todas ese famoseo de tres al cuarto. Son los que quisieran tener casa en Sotogrande pero no tienen dinero para ello. Se conforman con que los saque Ignacio Casas y ya han cubierto el cupo de notoriedad.


lunes, 11 de julio de 2011

jueves, 7 de julio de 2011

El rubio Yashin

El laburo (en un pueblo con mar

donde acaba la noche su desconcierto)

te viene, ley de vida, a privar

del fin de semana de goles punteros.


Enviuda este año el travesaño

blanquirrojo de la alameda;

habrá palomitas y cantadas

a falta de un paradón de tu chistera.


Empezó bajo palio el niño duarte,

más busquets que zubizarreta,

bisnieto lejano de un tal arconada.


Acabó bajo palos el niño de sánchez,

look de araña que guarda la meta,

vecino cercano de Cantarranas.


(Fran Sánchez, con la puntera)


martes, 5 de julio de 2011

PRENSA

Calumnia que algo queda

Juan José Téllez



Los libelistas del XIX, al menos, se arriesgaban a un duelo a muerte o a primera sangre. Los había de los que daban la cara como Bonafux, ese olvidado periodista a caballo entre dos siglos. Pero otros se ocultaban, a veces con razón porque podía rondarles el calabozo, la mordaza o la muerte, bajo nombres supuestos o bajo el anonimato, no en balde anónimo es el autor que más y mejor ha escrito a lo largo de la historia.


Ahora, enmascarados por heterónimos que nadie desentraña e inmunes por una legislación que es incapaz de hacer valer los derechos individuales sin poner en cuestión los derechos públicos de la red, cualquiera puede ponerte a parir de un burro en un blog y, sin santo ni seña ni dirección fiscal, e irse de rositas. Sin embargo, si cualquiera de los pobrecitos habladores que ponemos nuestra rúbrica a nuestros artículos nos diera por escribir un artículo sin base alguna en el que se pusiera en duda la integridad sexual de la ministra Blancanieves, del talento real de Campanilla o de la implicación del tío Gilito en la quiebra de Lehman Brothers, la demanda iba a ser de aúpa y habríamos de abrir una suscripción popular para pagar la indemnización correspondiente.Sin embargo, aunque a muchos pueda afectarnos a escala personal o profesional, es de agradecer que esos anónimos sigan clavándose como flechas envenenadas en los posts de los periódicos virtuales o de las mejores y peores webs del mercadillo informático. Constituye, desde luego, el retrato robot de una parte importante de nuestra sociedad. De aquella que tiene tiempo de oficiar como calumnistas sin sueldo, sin oficio ni beneficio, a la manera a veces de aquellas escalofriantes delaciones que condujeron a muchos de nuestros compatriotas, en otro tiempo, ante el paredón del injusticiamiento.


Ahí está Caín, de nuevo, sin nombres ni apellidos, suponiendo que todo el que se dedica a la cosa pública es un chorizo y que todo periodista es un pesebrero. Lo mismo sostienen, sin el menor atisbo de dudas, que existen cocodrilos en las alcantarillas de Nueva York y que en este país los diputados, los senadores y los ministros cobran una pensión de por vida. Algunos presumen de asumir el discurso libertario del 15M cuando en realidad son unos fachas de mil pares de narices. O aprovechan la máscara de un nick para apuñalar por la espalda a su compañero de partido o de sindicato.


No saben lo que se pierden: la dignidad de defender tu pequeña parcela de verdad o de verosimilitud ante un tribunal de justicia, el esfuerzo por opinar con veracidad sobre lo que realmente piensas y no sobre lo que te impone el fanatismo que profeses, o el prócer que pague tus insidias. Jamás seré de los que reclamen que alguien ponga coto a la libertad de la red, ni para perseguir a los pederastas -de esos ya se ocupa el servicio informático de la policía y de la Benemérita- ni para ajustarle las cuentas a esos otros cobardes. A estos últimos, permítanme decirles que son unos chuflas, unos tiralevitas, una panda de zafios, murcios y camaleones. Si así lo quieren, que me demanden. Así, por lo menos, tendrán que dar la cara y el DNI por una vez en la vida.