martes, 11 de noviembre de 2008

OPINIONES



Aunque las costas del sur de la península (Cádiz, Almería, Granada,...) no sea el destino principal de los inmigrantes, llegan a nuestro país. Canarias se ha convertido en una ida y venida de los llamados cayucos. Sirva esta desgracia para que opinemos de este tema. Si realmente comprendemos la tragedia humana que se le tiene que plantear a un hombre, mujero joven para decidir irse de su pueblo o ciudad a jugarse la vida de esta manera.


Al hilo de esta madeja, hacer referencia a la valla de Melilla. Otra vez hay intentos de salto para ingresar en la ciudad autónoma. Como decía anoche hacia referencia Iñaki Gabilondo en el telediario; cuando existía el muro de Berlín lo llamábamos el muro de la vergüenza debido a que coartaba la libertad de las personas de pasar de un lado a otro. Ahora que tenemso la valla en Melilla que impide le paso de un lado a otro, a eso no lo llamamos "valla de la vergüenza". Las contradicciones humanas son infinitas.


Se plantean muchas cuestiones a bote pronto con respecto a este tema:

¿En qué mundo vivimos?

¿Qué hay que hacer para poder comer?

¿Estamos aislados sin saber realmente que pasa en otros lugares?

¿Las fronteras son un invento de los hombres?

¿Quién dice que un ser humano no tiene derecho a sobrevivir?

¿Debemos de prestar toda la ayuda posible a los "ilegales"?

¿Hay que mandarlos a la Guardia Civil como dijo el párroco de Benalup?

¿Qué pasa con los países de orígenes de los inmigrantes?

¿Los medios de comunicación manipulan la realidad en la que vivimos?......


OPINEN

2 comentarios:

Anónimo dijo...

cuando pasa lejos de nuestro entorno somos muy ligeros en hablar de cualquier cosa, pero cuando nos toca cerca nos hacemos los loco.

Anónimo dijo...

"Ni patrias ni banderas, ni raza, ni condición, ni límites ni fronteras, extranjero soy"
Enrique Bunbury.

A todos nos gustaría vivir en nuestro entorno, rodeados de amigos y familiares. A nadie le gustaría abandonar su tierra y jugarse la vida porque no tiene más remedio que hacerlo si quiere sobrevivir y que lo haga con ello su familia. A nadie en absoluto le gustaría que estando en cualquier parte del mundo lo trataran como un delincuente sin serlo. A todos nos gustaría un trato de humanidad hacia nuestras personas.
La empatía (ponerse en la piel de la otra persona) no está a la orden del día, y eso hace que este mundo sea una desgracia.