Podemos, y no somos cuatro gatos
De vez en cuando uno se da una vuelta virtual por los diferentes blogs de Casas Viejas para informarse de anécdotas, ver fotos, dejar algún comentario o, simplemente, leer, curiosear y husmear lo que cada uno buenamente aloja en su espacio de internet. Y lo que más a menudo le estorba a uno son las críticas sobre la dejadez y desgana de nuestro pueblo en cuanto a Patrimonio Cultural y Monumental se refiere, relacionadas principalmente con el turismo.
No digo yo que se juzguen o critiquen aspectos que nos disgustan de nuestra tierra, pero es que es lo más fácil y por eso normalmente la opinión sobre algo que no es de nuestro agrado queda donde todo queda últimamente: en un blog, para que luego aparezcan los anónimos, que son mudos en la red y además dejan su palabrería en su casa o en la calle. Así no creo que podamos cambiar o mejorar las cosas que nos preocupan a unos e indignan a otros.
Por ejemplo:
-Podemos quejarnos del estado de la Torre de la Morita, pero después nos limitamos simplemente a echarle un vistazo en fotos y seguir viendo cómo cae.
-Podemos dejar que para que se recuerden los "sucesos" el Ayuntamiento coloque por detrás de la parada de autobuses una especie de caseta-buzón oxidado en memoria de las víctimas; o intentar que se haga algo más digno. (Que conste que no digo que no se haga, me refiero a que se puede mejorar, al menos el armatoste en cuestión).
-Podemos dejar que la página web municipal de la Juventud de Benalup (supongo que ya sabrán a la que me refiero) nos ofrezca una virtual, y nunca mejor dicho, "ruta de la Morita"; o podríamos trazar una real en el mapa mejorando lo presente, que se antoja lamentable.
-Podemos dejar que la entrada de Benalup por El Tesorillo, que sube por lo que todos conocemos o conocíamos como "el huerto Chano" siga en constante abandono; o podríamos acercarnos al excelentísimo y presentar una queja o sugerencia. O lo que está más de moda: una instancia, y pedir los ladrillos que faltan en la zona desde hace ya bastante tiempo.
-Podemos seguir viendo cómo nos mienten; y sí, digo mienten, no todos pero sí algunos con expresiones tales como "estamos trabajando en ello", "pregúntalo en la concejalía de…" (aquí no pongo ninguna por no concretar ni señalar, y porque me serviría cualquiera), u oir recomendaciones como "pásate más tarde que ha salido" o "espérate a mañana que está ella aquí y te lo soluciona".
Podríamos seguir prorrogando estas situaciones hasta el día de mañana, entre otras cosas porque somos capaces; pero también capaces somos todavía de adelantarnos al "día de mañana" que te ofreció la persona de la ventanilla, mover papeles (y tierra, si hace falta), sólo para mejorar lo que nos preocupa, lo que nos duele (si es que alguno siente dolor) y cambiar lo que nos parece injusto por algo más razonable, por algo mejor para todos.
Si seguimos dejando que nos pongan más y más ropa vieja encima va a ser más difícil después desnudarnos. Pero si los trapos viejos los cambiamos por ropa limpia iremos con más seguridad a pedir lo que uno humildemente cree que se le debe al pueblo, y no nos dará vergüenza ni reparo alguno porque iremos limpios.
Si seguimos dejando nuestra consternación en un comentario anónimo sin más, no podremos alentar cambios y seguiremos siendo cuatro gatos. Pero si por el contrario convirtiéramos las críticas en ideas que llevar realmente a la práctica, a través de lo sencillamente razonable y la buena voluntad, esa indignación que va a más podría convertirse en la satisfacción que a algunos nos daría el ver que se actúa de manera justa con nuestra identidad, con nuestro pueblo y con su historia.
Así, tal vez, no seríamos cuatro gatos.
Ángel Bancalero
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