domingo, 13 de mayo de 2007

ADJUNTOS, ¿PARA QUÉ? (José Aguilar)

Con permiso de la autoridad, y de la empresa, me pongo esta mañana leninista y pregunto no “Libertad, ¿para qué?”, que en eso estaba Don Vladimiro muy errado, porque sin libertad no hay civilización, sino esclavitud y barbarie, sino algo mucho más pedestre y administrativo: “¿Adjuntos, ¿para qué?”.

El día 1 de marzo se produjo el cese automático de los adjuntos al Defensor del Pueblo Andaluz al acabar su mandato, junto al de su titular, José Chamizo (De la Rubia, para más señas). Pero mientras el cura Chamizo fue confirmado unánimemente para otros cinco años por el Parlamento de Andalucía, los cuatro nuevos adjuntos no han sido aún designados. Y han pasado dos meses y medio, diez semanas.

Ahora vienen las preguntas: ¿ustedes han echado en falta a los cuatro nuevos adjuntos? ¿Acaso el pueblo andaluz se siente menos defendido por que los grupos parlamentarios no se hayan puesto de acuerdo en el nombramiento de esos cuatro señores? ¿La labor que realiza Chamizo se ha visto perjudicada por la ausencia de ayudantes o está siendo igual de buena que en los años anteriores? Preguntas que conducen a la mayor: adjuntos, ¿para qué?.

Fundamentalmente, para cumplimentar la norma no escrita, pero firme e inquebrantable, que los partidos políticos han impuesto: ninguna institución puede ponerse en marcha sin que ellos metan baza. Quieren estar, y lo están, en todas partes, en toda clase de organismos, comisiones, comités, observatorios, consejos y plataformas. La sociedad civil es un hermoso latiguillo para los discursos, pero que no se articula si no es con presencia de representantes políticos.

Los adjuntos al Defensor no se han elegido porque, aunque formalmente los nombra el propio Defensor, materialmente ha de hacerlo con el visto bueno de la Comisión de Gobierno Interior del Parlamento, y los cuatro grupos en ella representados no han sido capaces de pactar para que la propuesta de adjuntos se atenga a la paridad y conste de dos hombres y dos mujeres. ¡Y el más acérrimo en no cambiar su propuesta inicial a fin de que haya paridad de sexos ha resultado ser el grupo más pequeño (el andalucista)! Esta insignificancia es la que tiene paralizado el nombramiento de los adjuntos.

Explicado lo cual y en vista de que el Defensor del Pueblo sigue funcionando sin gastar un euro en las cuatro adjuntías, la gente podría empezar a preguntarse: Adjuntos, ¿para qué?.
publicado; 13/mayo/2007

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