lunes, 8 de septiembre de 2008

POEMA


A UN HOMBRE DE GRAN NARIZ
Francisco de Quevedo y Villegas
(murió tal día como hoy de 1645)

Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una alquitara medio viva,
érase un peje espada mal barbado;

Era un reloj de sol mal encarado.
Érase un elefante boca arriba,
érase una nariz sayón y escriba,
un Ovidio Nasón mal narigado.

Érase el espolón de una galera,
érase una pirámide de Egito,
las doce tribus de narices era;

érase un naricísimo infinito,
frisón archinariz, caratulera,
sabañón garrafal morado y frito.

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