viernes, 28 de agosto de 2009

PRENSA

Grandes rebajas de otoños
Manuel Alcántara
La Voz (28/VII/09)
Lo malo de los pobres es que son muchos. Quienes viven de contarlos aseguran que, descontándonos a algunos intrusos, en España hay dieciocho millones y medio de personas que cobran menos de 1.100 euros al mes. Una cantidad que si bien no justifica que puedan pedir limosna, les impide llevar una vida a pedir de boca.

Entre sobrenadar en la pobreza y ahogarse en la miseria hay muchas playas distintas. El oleaje es muy diferente en Madrid, o en Asturias o en Cataluña, a la marejada que sufren siempre Extremadura, Galicia, Canarias y Andalucía. No es del todo nueva esta cuestión. Desde los tiempos en los que Jon Sobrino calificó en el Congreso de Teólogos Juan XXIII a la pobreza como macroblasfemia de nuestra época, las cosas han ido a peor.

Recordaba Haro Tecglen, que hoy tendría que actualizar los datos, que en España tres futbolistas ganaban casi todo el presupuesto de la ciudad de El Salvador. Entonces en el mundo había un rico por cada treinta pobres. Luego se pasó a uno por cada 60; después por cada 74. Ahora hemos perdido la cuenta.

El Banco Central Europeo dice que urge reformar el mercado laboral y la vicepresidenta del Gobierno español y ministra de Economía, Elena Salgado, reconoce que se van a revisar todos los impuestos. Naturalmente para subirlos, no para bajarlos. El Estado no tiene un puñetero euro y se ve obligado a recurrir a los pobres, que siempre se han prestado mejor al saqueo. Las grandes rebajas de otoño se basarán en rebajarnos nuestro dinerín. Veremos colas, pero no en los grandes almacenes, sino para cobrar subsidios. Todavía los pobres abundan más que los ricos de pedir y ya sé que ellos «siempre dan de aquello que les falta».

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