Tú que hieres
Blas de Otero
Arrebatadamente te persigo.
Arrebatadamente, desgarrando
mi soledad mortal, te voy llamando
a golpes de silencio. Ven, te digo
como un muerto furioso. Ven. Conmigo
has de morir. Contigo estoy creando
mi eternidad. (De qué. De quién.) De cuando
arrebatadamente esté contigo.
Y sigo, muerto, en pie. Pero te llamo
a golpes de agonía. Ven. No quieres.
Y sigo, muerto, en pie. Pero te amo
a besos de ansiedad y de agonía.
No quieres. Tú que vives. Tú que hieres
arrebatadamente el ansia mía.
Pillado del blog Con Pluma y Papel (http://www.conplumaypapel.com/)
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